Hikikomori

Un hombre encerrado a solas con sus fantasías más salvajes

–¡Hayao-chan! Te he traído un

bentō

… ¿Puedes salir a comerlo con nosotros?

–Miya… déjalo ya. No deberías prepararle nada. ¡Que se muera de hambre si quiere!

La mujer golpea el suelo de madera con el pie y mira furiosa a su marido. Tetsuhiro encoge los hombros, hace una mueca leve y regresa, escaleras abajo, al comedor de la casa.

–Hayao… deberías salir. Te echo de menos. Y tu padre también, aunque no lo creas. Pero no quiero forzarte… te dejo el

bentō

en la puerta. Si...