Una viejita que se las trae
Un joven repartidor conoce por su trabajo a una madurita que le invita a entrar en su casa y en su cuerpo, sin limitación ni barreras.
La historia que pasaré a contarles es totalmente real, sólo he cambiado los nombres por razones obvias.
Antes que nada quiero que sepan que tengo 21 años, y esto me sucedió hace unos 3 años.
Soy un chico flaco pero no raquítico, más bien común, tengo una verga de 20 cm, por ese entonces no sé pero sería de unos 18 cm, toda mi fantasía sexual, en ese momento era coger con la mujer que sea. Como estudio trabajo en un supermercado, por las noches estoy encargado del reparto a domicilio de las merca...