Una tarde insospechada
Algunas situaciones inesperadas hacen que no podamos controlar la tensión sexual y realizar actos que en circunstancias normales no haríamos.
No sabía que al entrar esa tarde por la puerta de mi casa, después de un largo y duro día de trabajo, algo sorprendente me esperaba. Mi prima no llegaría hasta bastante más tarde, así que disponía de un tiempo de tranquilidad. Me quité la ropa y los zapatos pero como pensaba darme una buena ducha no me vestí. Fui a la cocina, abrí una lata de cerveza y la bebí tranquilamente sentado en mi banqueta azul. Miré el reloj y apuré el último trago; aún tenía tiempo de darme una ducha, antes de que llegara. Habíamo...