Mi primera vez con Cupido Motorizado
Las peripecias por las que pasa una a veces con tal de que nos metan la verga
Después de haberme casado, deje mi travestismo un tiempo olvidado. Cuando se da la separación, comienzo a vivir solo. El hecho de vivir solito me daba la oportunidad de continuar con mi vicio de vestirme de nena. Un día en Cuernavaca me compré mi primer vestido. Era largo y negro pero abierto de atrás hasta muy arriba, casi al comienzo de las nalgas. Lo usaba muy seguido en mi cuarto, pasaba horas y hasta dormía con él puesto. Me compré también unas pantaletitas y comencé a jugar con mi anito. Comencé usand...