Suya III

La princesa española, ahora en la corte francesa debe aguantar las peores humillaciones y vejámenes por parte de su esposo el Rey Luis de Francia, pero comienza a enamorarse

NOTA: Lee  los dos primeros relatos, buscalos en mis relatos publicados

Mis ojos se abrieron poco a poco y pude observar con la luz del alba el rostro maravilloso de Luis,  se veía tan tranquilo, tan bello, tan masculino, intenté entender como el mismo hombre podía ser  tierno y cruel al mismo tiempo, sentí el impulso irreprimible de tocarlo, su pecho es  grande, fuerte; así que me atreví a pasar mis dedos, delineandolo, dibujándolo. SUSTO, lo he despertado, horrorizada retiro mi mano y aguanto mi res...

Suya II

Llega la pequeña princesa Isabel de España a la Francia de su esposo, asustada y sin más apoyo que su nana y una amiga se enfrenta a un destino marcado por los deseos de su cruel esposo, que se vislumbra no solo como un maltratador sino como un gran amante. Versión 2

El Gallo anida al Aguila de San Juan

Dejar a mi madre, a mi padre, a mis amigas, fue doloroso; pero peor que todo eso, fue ver por la ventana del carruaje como me alejaba de mi hogar, de las campiñas, de los olores, del sabor duro y recio de España. Me acompañaban Doña Florinda y Juana, que con sus intentos fútiles no lograron alegrar el trayecto hacia Francia. Los cuentos sobre la corte francesa y el miedo a mi esposo marcaban mis pensamientos. Añoraba ya, a la niña que fui, a esa que se había perdid...

Suya

La princesa Isabel de España es intercambiada en el tratado de paz de su país con Francia, deberá enfrentar una nueva vida, llena de retos impuestos por el cruel de su esposo, que odia a España y vuelca sobre la jovencita toda su rabia

Casarse con un príncipe puede parecer el sueño de toda chica, pero no cuando una nació princesa, simplemente ese es mi destino, trazado desde el mismo momento en el que nací mujer.

La guerra entre Francia y España ha durado demasiados años; todos, tanto de un lado como del otro estamos diezmados, nuestros pueblos están hambrientos y en cada hogar se llora la partida de algún ser querido, villas y ciudades han sido quemadas y masacradas. Ya demasiada muerte acompaña esta guerra. Así que mi padre y el j...