Mi protegida
A veces las cosas surgen sin forzarlas, son las mismas circunstancias las que se encargan de propiciar un desenlace. Eso es lo que me sucedió aquel día, en el que mi fiel desconocida, se convirtió en la mejor amante que jamás pude desear.
Aquella noche no era como las otras. Ese sábado se presentaba en la discoteca el último recopilatorio musical de una conocida compañía discográfica, y aunque sólo era la una, el local estaba a rebosar. Una emisora de radio se había ocupado de repartir doscientas entradas gratuitas, por lo que aparte de las caras habituales, se distinguían grupos de lo más variados.
El tiempo pasa rápido a partir de cierta edad, sin embargo, ya hacía cinco años desde que mi socio y yo decidimos quedarnos con la propied...