Soy un juguete lésbico (tercera parte y final)

Sigo con mi lésbica relación con mi madrastra y su madre.

Al final las detuve cuando sus manos parecían estar peleándose entre mis piernas para meter los dedos así parecía que el de la contraria se había retirado por un instante. La penetración de Ana era especialmente profunda y al final me cansé de que el sube baja con el que me masturbaba pareciera hecho por una mujer que se comportaba como un hombre que no sabía ni le importaba el delicado mecanismo de una vagina.

Se quedaron un poco decepcionadas cuando me sequé con la toalla dejándolas con la aparente...

Soy un juguete lésbico (segunda parte)

Por fin llega la madre de mi madrastra para iniciar juegos morbosos.

Nunca una hija se pareció tanto a su madre. Aquella mujer era una copia avejentada de su hija o ésta última una copia rejuvenecida de la primera. Misma cabellera teñida de rubio, mismas curvas donde la grasa ya empezaba a derrapar e iguales tetas aunque ya vencidas por la gravedad. Llegó conduciendo un coche destartalado cuando mi padre se había ido. Ana me la presentó, le di dos besos y me marché con mis amigos. Casi no la miré, pero podría haber sido mi abuelita, no había nada que temer. La hija me había...

Soy un juguete lésbico (primera parte)

Mi madrastra y su madre me convierten en su putita

Esto me ocurrió hace dos años, recién terminado mi primer curso universitario. Por aquel entonces mi padre se había vuelto a casar. Ana era una mujer de unos cuarenta años que me parecía guapa pero vestía y actuaba como un putón : teñida de rubia, vestidos ceñidos, escotes exagerados y siempre sobando a mi padre hasta hacerme sentir avergonzada. No sabría cómo definirla sin usar la palabra vulgar.

Como mi madre tenía que trabajar y yo tenía quince días libres hasta que me fuera de viaje por España con...

Las Japonesas (2ª parte)

Sigue la historia de las vecinas japonesas de la protagonista

y al volver la cabeza vi con horror pero con un placer que no podía detener la mano de Hayami hundida hasta la muñeca en mi ano.

Me deshice como pude de su mano penetrándome de aquella manera. Por un lado sentía placer pero por me llevaba a unos límites mentales que no estaba preparada para cruzar. Llevé mi mano atrás y extraje la de Hayami, sintiendo un brutal orgasmo cuando la vaciedad se volvió a hacer en mi ano. Excitada bajé mi boca por el vientre de Kuimi pero al llegar cerca de su sexo me detuv...

Las Japonesas (1ª parte)

La protagonista conoce a sus nuevas vecinas japonesas que la inician en un sexo morboso y lleno de fantasía.

Me las había encontrado en el portal del edificio un par de veces. La primera vez las saludé con un hola que no respondieron, limitándose a encoger la cabeza entre sus hombros y reir de forma infantil mientras se miraban entre ellas como si hubiera dicho algo inapropiado o ridículo. Desconcertada llegué a la calle y las olvidé. La segunda vez fue unos días más tarde. Las miré de forma retadora dispuesta a no saludar pero ellas, al contrario de lo que hicieron la primera vez, me saludaron con un 'hola' tinta...