Mi novia Eva (Cap 8º)
Ella me miró y sumisa se introdujo las manos bajo la falda, se sacó la prenda y me la ofreció. La polla casi me revienta los pantalones, tenía ganas de romper en mil pedazos aquel trozo de tela que la cubría y follarla salvajemente. Pero teníamos una boda. Y yo tenía un plan.
Era nuestro último día. El vuelo de regreso era a última horra de la tarde. No pegue ojo. Me pasé las horas muertas maquinando los siguientes pasos. Pero primero debía averiguar lo que ella recordaba de lo acontecido en la playa con los chicos. Cuando por fin amaneció recogí mis cosas y dejé mi maleta preparada.
Eva volvió en sí cerca del medio día. Trató de incorporarse. Tenía las sábanas pegadas a la cara por culpa de mis lefazos. Estaba aturdida. Le sorprendió encontrarse de ese modo. Me miró. La...