Coche en la noche
Recuerdos de una noche agitada en el interior de un coche. De conductor a protagonista
Lo recuerdo perfectamente: los muslos de ella sobre tu cuello, balanceando sus caderas en una súplica desesperada de entrega infinita. Necesitando tu cópula, llorando por ella. Ensalibando cada poro de tu piel en un ritual de deseo tangible y hermoso. Sus pechos, firmes y duros, elevándose sobre tu boca, ofreciéndolos suavemente, en pequeñas porciones, al palpitar nervioso de unos dientes afilados al contacto de sus rugosos pezones. Apretando con fuerza hasta bordear el insano dolor de lo permisible. A la e...