Escape
Necesitaba escapar del estrés de mi trabajo y consentirme con una buena sesión de sexo... Me animé a escapar unos cuántos días y logré relajarme con un maduro hermoso...
(Primera de dos partes)
Tengo 28 años y soy el típico hombre de principios del siglo XXI: con múltiples actividades, sumamente ocupado y un ritmo de trabajo muy acelerado, sometido diariamente a una presión estresante. Con mi ajetreo cotidiano no le doy el tiempo que quisiera al sexo; ese deporte tan delicioso que pocas especies animales practicamos por puro placer. No tengo una pareja estable, todos los días sin excepción me consuelo masturbándome aceleradamente y haciendo honor a mi preferenci...