Mas vale tarde que nunca (2)

Un hombre descubre por casualidad un relato erótico escrito por su madrastra en TODORELATOS y, como un buen hijastro, hace que el relato cobre vida.

Cuando mi madrastra me dijo que iba a dar un curso de internet a sus 72 años me hizo mucha gracia. Pero lo que yo no me podía imaginar era que un par de meses después, un día en que, entre aburrido y caliente, hojeaba las páginas de TODORELATOS, iba a encontrarme con un esmerado ejercicio que, con el título de “Más vale tarde que nunca”, no podía ser otra cosa que el mundo de fantasías sexuales de mi madrastra para conmigo. Su lectura me dejó atónito, inmovilizado de estupor (a excepción de mi verga,...

Mas vale tarde que nunca

lo cierto es que mi hijastro –qué mal suena esa palabra- en ocasiones me observaba, y yo estaba convencida de que en ocasiones provocaba roces “casuales” con mi cuerpo. Me gustaba tanto sentir el roce ocasional de sus dedos en mi trasero... yo estaba casi segura de que le gustaba, pero y si sólo fueran imaginaciones mías...

Desde hace unos meses venia notando a mi hijastro un poco raro, en principio lo atribuí a la reciente muerte de mi marido, pero tras observarlo sospeché que el problema iba más allá. Figuraciones mías, pensé. El caso es que, fruto de mis observaciones hacia su comportamiento, no dejaba de pensar en él, y no como el hijo de mi difunto esposo, sino como un hombre que tal vez pudiera sentir una atracción física hacia mi, porque a pesar de mis años (ya paso de los setenta) debo decir que me conservo basta...