Deporte en el parque II
Después de hacer deporte un masaje y algo más en la intimidad
Giros pequeños pero intensos, cada vez más lentos, hasta pararme y luego opté por suavemente empujar sus senos hacia arriba. Sus pechos no eran enormes pero sí tenían un tamaño genial, una forma preciosa. Gozaba haciéndola gozar, ahora su espalda estaba apoyada del todo sobre mi pecho, echaba la cabeza hacia atrás, cosa que aprovechaba para besar de nuevo su cuello.
Hice ademán de mover mi mano izquierda y Ana la dejó libre, quería masajear su vulva, quería realmente que se relajara y sobretodo quería...