Flores
Una florista que se las trae... y una historia que continúa aún más rara...
Salí del trabajo más tarde de lo habitual. Eran las ocho de la noche y al parar en el semáforo antes de cruzar la autopista, una niña muy bonita estaba vendiendo rosas. Quise comprarle un ramo a mi mujer, pero al pagarle con un billete de 100, me dijo que no tenía cambio. Me estaba yendo sin comprar nada cuando de pronto me fijé que casi no me quedaba combustible, así que tuve una idea. A cincuenta metros había una estación de servicio, así que le dije a la chica que caminara hasta allí, que yo llenab...