La madura y el chaval
En una urbanización de lujo conviven dos personajes muy diferentes, una mujer que lucha contra el paso del tiempo y un chico obsesionado por ella.
Para una mujer florero no hay mayor tormento que envejecer. El intentar poner barreras al tiempo mientras se contempla como su inexorable paso te va marchitando el cuerpo. Miriam González era el perfecto ejemplo de ello.
De joven hizo sus pinitos en el mundo de la moda y, gracias a su belleza y a un físico privilegiado, no tardó en cazar a un empresario de prestigio que la sacó de las pasarelas para casarse con ella.
Ahora el tiempo había pasado y, a sus cuarenta y nueve años, dedicaba gran part...