Historias de Oficina IV

Cosas que pasan...

Historias de oficina IV

Aeropuerto, a las 08:00, bajando del taxi, recibo una llamada de Pilar que ya está en la cola de facturación y que me está esperando para facturar juntos, llevo la maleta para cuatro días, el porta trajes, el esmoquin para la cena y otro traje por si acaso, y el maletín del ordenador, parece que me vaya de casa, llego donde está Pilar esperándome y nos ponemos en la cola de facturación, menos mal que viajo frecuentemente y tengo una tarjeta de esas que abren puertas y colas, s...

Historias de oficina III

Cosas que siguen pasando

Historias de oficina III

Habían pasado un par de semanas, el próximo sería el fin de semana de la cena de gala.

Pilar y yo seguíamos follando cada vez que nos podían las ganas y se daba la oportunidad, que nos pudieran las ganas era más habitual, pero que se diera la oportunidad,  ocurría más o menos un par de veces por semana, tener relaciones sexuales en el trabajo no es la situación ideal para desfogarte y gozar,  me preocupaba, muchísimo, que fuéramos sorprendidos, por alguno de nuestros co...

Historias de oficina II

Cosas que pasan

Historias de oficina II.

Oí llegar a Pilar, bolso, móvil , entró en mi oficina para saludarme,

-       Buenos días, jefe.

-       Buenos días, cielo, ¿cómo has dormido?

-       Como una reina, me encuentro fenomenal.

-       Me alegro muchísimo, yo he dormido poco, toda la noche tuve tu luz en mis ojos.

-       Que galante!, eres un adulador ¡ , si sigues así caeré en tus brazos sin remedio.

Mientras me decía esto gesticulaba graciosamente, reí sus gracias,  ese dí...

Historias de Oficina

Cosas que pasan..

Historias de oficina.

Soy un tío con suerte, hice algunas inversiones en bolsa, me  salió bien, recogí algún dinero, monté un par de negocios, iban bien, los vendí, obtuve una buena rentabilidad, la cosa iba genial, pillé un par de franquicias , mejoré mis cifras, diversifiqué mi riesgo , seguí haciéndolo bien, necesité una oficina…

Al principio era una oficina pequeña, en un piso de esos antiguos de techos altos, amplia, cómoda, a medida que íbamos creciendo la cosa se iba complicando... tuvim...

Tren a Vigo.

Un viaje de trabajo se convierte en un viaje al placer.

Corrí como una mala bestia hacia la estación de tren, miré en el panel de salidas y parpadeaba la línea que indicaba que mi tren a Vigo estaba a punto de salir, con mi bolsa de viaje al hombro, mi portátil en bandolera y, sujetando mi bolsa de mano, di un último sprint para llegar al andén con el tiempo justísimo, llegué resoplando al check-point donde una guapísima azafata validó mi billete , me indico la posición de mi vagón y me rogó que me diera prisa, ya que el tren estaba a punto de salir.

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