Los viajes de Ash Katchup

Ash Katchup, de pueblo paleta,un muchacho soñador y decidido, se encamina hacia una aventura que le aportará experiencia sobre el mundo y sobre su sexualidad, mientras sus enemigos le putean y el sexo vive entre la hierba alta.

LOS VIAJES DE ASH KATCHUP

Capítulo 1

Érase una vez, hace relativamente poco tiempo, en un pueblo muy, muy lejano…….llamado pueblo Paleta………..

Las siete de la mañana. Suena el despertador para un esperanzado joven que, lejos de conformarse con ser un simple niño más, ansía hacerse con el título de campeón de la Liga Pokémon………….

-Venga hijo, levántate- dijo la madre. La mujer, de unos cuarenta años, lucía un hermoso vestido color lila que resaltaba sus grandes pechos, ciñéndose...

Come, Reza, Folla

Laura, estudiante de periodismo, se adentra en el cerrado mundo de las sectas religiosas

“Se me está haciendo el día muy pesado hoy” - iba pensando Laura, conforme se acercaba a la mesa  a tomar nota. - Menos mal que en una hora acabo ya-. Miró a sus clientes. Eran cuatro amigos, de entre 19 y 20 años como mucho, los cuales la escanearon de arriba abajo, mientras sonreían picaronamente.

Que tal chicos, ¿os tomo nota ya?- preguntó Laura en tono amistoso.

Si- contestó uno de ellos.- Queremos un cubo de botellines y unas alitas, por favor-

De acuerdo. ¿Algo más? Hoy jueves tenemo...

Laura goza a dos bandas

Follada por dos tíos en su piso, sin control sobre lo que pasa. Laura, joven universitaria, vivirá una experiencia altamente placentera.

Siete de la tarde, jueves. Había sido un día de mierda, suspenso por la mañana en la facultad, discusión con sus padres por teléfono, por tonterías,  a media tarde.

Laura compartía un coqueto piso céntrico con otros dos chicos, ambos compañeros del grupo de baile. Uno era Miguel, un poco chulo, pero le caía bien. El otro Carlos, algo más introvertido pero bastante majete. La convivencia en casa era buena.

Laura era bisexual, detalle que no había compartido con nadie salvo con su mejor amiga, Jul...

Laura y Julia

A veces el deseo se abre camino destruyendo represiones. Relato de dos amigas y sus inesperadas vivencias

-Voy enseguida-contestó Julia. Eran las 8 de la tarde, de un lluvioso día 14 de diciembre, y qué frío hacía. Laura me había dicho que tenía que decirme algo importante, así que pillé lo primero que encontré en el armario y marché apresuradamente hacia su casa.

Julia vivía en una urbanización algo apartada, hacia la zona norte, por lo que tenía que coger el coche para ir a ver a su amiga, que vivía en un popular barrio céntrico de la ciudad. Tenía suerte esta vez, y no se encontró con mucho tráfico de...