El día de mi boda i
Los nervios previos y la ceremonia
Llegó el día que tanto deseaba, la noche de antes apenas dormí. No cesé de dar vueltas en la cama, intentando buscar una cómoda postura con la que relajarme, pero no había manera, los nervios me podían. Se me venían pensamientos constantes de como se desarrollarían los acontecimientos cuando helios despuntara por el este.
En realidad no comprendía el motivo de tanto nerviosismo. Me casaba con la mujer que amaba, tenía dos hijos con ella, un niño y una niña. A Paula la conocía desde que salí del vientr...