Carta sincera.
Para ti.
Nunca pude ver cómo eras realmente, ¿tal vez me lo permitiste? Nada más que mentiras fianzaron nuestra relación de tal manera que ya no sabía a cual de tus caras querer.
Falacias y engaños, ingrata, a cambio de comprensión y paciencia. Y ahora dices que te arrepientes y vienes creyéndote con no se que derecho moral a ser escuchada. ¿Acaso lo fuí yo en su día? ¿Es que dejaste al descubierto la más mísera esperanza? No. Desapareciste y de qué manera.
Te anhelé con tanta desesperación, te soñé desp...