Delirios febriles
Un dia que me tuve que quedar en casa porque tenia 40 de fiebre, me sucedió algo extraordinario que nunca olvidaría.
Aquella noche de jueves llegué a tener hasta 39º de fiebre. Todo el cuerpo me dolía enormemente. A la mañana siguiente le dije a mi esposa, que naturalmente, no iría al trabajo. Tras avisarle a mi jefe de que no podría asistir, mi mujer se despidió de mí y se llevó a los niños al colegio y acto seguido se fué a su tienda que tenía a dos manzanas de donde vivimos.
Tenía mucho calor. Y para que me bajara un poco más la temperatura, me destapé un poco y me quité el pijama, quedándome así solamente e...