Mi marido, mis chicos, mis vacaciones y yo

Una pareja se marcha de vacaciones dejando a los niños con los abuelos. Ella conoce unos pescadores con los que bailará en la discoteca y la ayudarán a llevar a casa a su marido, medio borracho. Pero al día siguiente volverán y la empalarán por todos sus agujeros en un trío explosivo, en presencia del marido.

Y después de tres años por fin unas vacaciones. El trabajo, los niños, la economía, todo había actuado de forma que se había hecho imposible coger esas semanas de relax y descanso que todos necesitamos de vez en cuando. Pero nunca es tarde. Habíamos alquilado un apartamento en Garrucha (Almería), en la zona de Vera, sólo una semana, pero suficiente para matar la rutina que nos acompaña durante el año. Los niños se quedaron con mis suegros en su vivienda de veraneo donde ya mantienen su círculo de amigos y d...