Un viaje en tren
En la noche viajando en un tren, pueden pasar cosas inimaginables.
Un viaje en tren
Eran las doce de la noche y agarrados de la mano corríamos con brío para el tren, nuestras intensas miradas risueñas eran dignas de ver, un instante mas y me abrazo a él. Cuando el tren comienza su traqueteo tomamos asiento frente a frente sin perdernos detalle del paisaje de nuestros rostros que parecen comunicarse, hablar en otro idioma diferente al de los gestos más comunes en la vida cotidiana. Mi mano nerviosa busca sobre mi escote un collar imaginario... su mirada se posa...