Mi primer relato erótico gay
Una oficina no es el sitio más erótico del mundo, pero conseguí convertirla en un lugar que rebosaba sensualidad.
A veces, mientras para los ojos de todos estoy tranquilamente sentado en mi puesto, mi mente anda volando por encima de los demás. Aqui paso la mayor tiempo entre papeles, monitores y todo lo que suele tener una oficina. Realmente no es un trabajo nada interesante, por lo que mi cabeza se tiene que inventar y crear nuevos alicientes para darle un poco de emoción al asunto.
Mis pensamientos suelen ser monotemáticos y uno de los temas que más le apasiona son aquellos que todos os imagináis Siempre...