The principles of lust

No todas las despedidas tienen por qué ser tristes.

Todavía recuerdo la cara que pusiste cuando, reunido con los amigos, os anuncié que me había salido una oferta de trabajo bastante jugosa en el extranjero y que en pocas semanas me marcharía, sin tener muy claro cuando volvería.

Tú y yo siempre habíamos tenido una relación muy especial. Nuestros padres eran amigos, por ello nos conocíamos desde que éramos pequeños. Eras de hecho la mejor amiga de mi hermana, ya que ambas teníais la misma edad. Quizá este hecho, que fueses su mejor amiga, hizo que nunc...