De cómo me humilla mi mujer con su amante
Historia de unos cuernos consentidos en los que el marido cornudo es humillado como un puto criado por su mujer y el amante.
Una de las últimas veces que disfruté siendo un cornudo de mierda fue durante un fin de semana en Madrid con Eduardo, uno de los amantes de Rosa. Habíamos contactado con él a través de un chat, como con casi todos, y antes de conocernos en persona habíamos hablado bastantes veces por teléfono. Eduardo estaba obsesionado por tener criados y si eran los maridos de sus amantes mejor todavía. Le gustaba ser servido por un criado servil como los de antes. Así que una vez contrastamos nuestros gustos, quedó...