Una cita
Primer encuentro carnal con Pequeña
Era el segundo día que nos veíamos. Me había levantado ilusionado, con una erección que sobrevivía a la resaca y un nerviosismo de niño que va al colegio por primera vez. El día, fue un largo trasiego, una tortura demasiado larga que sólo se soportaba por lo que la noche nos traería. Cuando llegó la hora bajé de mi casa y Pequeña no me hizo esperar. Estaba allí de pie, con un vestido de china ajustado que me llevo sólo dos segundos imaginar como se lo quitaría. Se acercó y me beso entre los labios y la cara...