Lefa y ternura (2)
Sí, cabrón, sí. Me pones más caliente que él. Pero lo quiero a él. Estoy enamorada de él le dije muy bajito en su oreja, mordiéndosela, retorciéndome de gusto, serpenteando por la cama, meneándole la polla con una mano y desquiciada por lo que me hacía en el coño con la suya. Qué puta eres, Guli. Me gustas. Y tú a mí, hijo de puta. Me vuelves loca, cabrón. Ahora vas a hacerme una mamada como la que le acabas de hacer a ese gilipollas. Sí...
LEFA Y TERNURA (2)
Todo empezó a complicarse cuatro meses después, a comienzos de la primavera. Una noche, muy tarde, cuando ya nos habíamos dormidos los dos después de que Carlos llegara a casa y me hubiera follado un par de veces, sonó el timbre de la puerta: con insistencia, con urgencia, con chirridos repetidos y cortos, histéricos. Asustados, saltamos de la cama, Carlos se puso los calzoncillos, yo el albornoz, y salimos a abrir.
En la puerta estaba Luismi, el hermano pequeño de Carlos...