La visita

Las tardes en el despacho se pueden amenizar...

No puedo negar que siempre había fantaseado con tomar a alguna de mis compañeras de trabajo. Me lo imaginaba en mi despacho, aprovechando la languidez de alguna tarde estival.

Y, al fin, la ocasión se me presentó. No pensaba desaprovecharla.

Hacía algunas semanas que se habían incorporado nuevos fichajes al sector donde trabajaba. Entre ellos destacaban dos chicas, Mónica y Azalea, que eran las que protagonizaban preferentemente mis fantasías.

Una tarde, de las primeras calurosas que nos visi...

Lo que ocultan las vetustas paredes

Una casa solariega es testigo de un encuentro inesperado...

Lo que ocultan las vetustas paredes

Había acudido al Gran Salón convocado por la fiesta sorpresa que le íbamos a ofrecer a un amigo. Cumplía 25 y habíamos decidido darle una buena muestra de nuestra amistad en forma de reunión, a la que cada uno contribuiría con su particular dosis de comida y bebida. Como era de esperar, la comida, salvo cocinadas excepciones, constituyó un repertorio recurrente de patatas embolsadas, embutidos y aperitivos varios. La bebida sí que hizo honor al sábado noche que esta...