Mi madre. Capítulo 4. El cine

El morbo entre madre e hijo también puede ser en un lugar público

-¡Carmen, no olvides coger las entradas! – la voz de mi padre sonó clara desde el cuarto de baño del fondo, mientras terminaba de arreglarse delante del espejo.

-Claro, cielo. ¡Ya las tengo!- contestó mi madre desde el salón.

“Pues sí, nos vamos al cine. Los tres juntitos”. Pensé yo.

Mi madre estaba deliciosa, como siempre. Su habitual pelo corto, liso, moreno. Un jersey fino de cuello vuelto marrón clarito sin mangas, ceñido, marcando bien sus imponentes curvas. Una faldita de vuelo, con...

Mi madre. Capítulo 3. La cama.

Madre e hijo disfrutan de una noche "especial" con un invitado: el padre.

Mi padre llegó a casa y reinaba la normalidad. Mi madre ya se había duchado hacía un buen rato y ahora estábamos viendo la tele en el sofá. Ella llevaba un camisón color salmón, de tirantes finos, un pelín transparente y que a penas podía contener sus grandes y carnosas tetas. Sus pezones rosados se marcaban claramente bajo la fina tela. Yo llevaba una camiseta y unos pantalones de deporte. Tenía puesto sobre mi entrepierna un cojín, porque no me apetecía que se notara mi erección.  Mi padre nos saludó a lo...

Mi madre. Capítulo 2. La llamada

Madre e hijo continúan lo que el padre interrumpió.

Cuando mi madre decidió contestar la llamada entrante en el móvil, mi polla ya estaba dentro de su coño húmedo y caliente, sus tetas botaban alocadas fuera de su sujetador negro y sus braguitas habían volado al otro sofá.

Unos minutos antes, ella llegaba del trabajo, a las 4 de la tarde, como siempre, cargada con algunas bolsas de la compra y su habitual aire cansado de oficina. Lo que hacía especial ese día era, precisamente, lo que había pasado el día anterior, durante la siesta en el sofá (ver Capí...

Mi madre. Capítulo I. El sofá

De cómo mi madre y yo empezamos una placentera relación incestuosa de años.

Hola, me llamo Luis y tengo 40 años. Mi madre se llama Carmen y ahora tiene 62. Los dos vivimos en Madrid y sin problemas reconozco que llevamos 20 años follando apasionadamente, como amantes.

Creo que lo mejor es que empiece por el principio, por cómo empezó todo, aquella tarde calurosa de julio de hace 20 años. Mi madre tenía 42 años y yo 20. Por aquel entonces, mi madre ya lucía las cualidades que me han hecho disfrutar de ella muchos años: unas tetas grandes, caídas por el peso, de generosos pezon...