La casa rural III (un masaje para Marta)
A la mañana siguiente continuamos nuestra experiencia en la casita rural con un masaje especial de Roberto.
El relato que se expone a continuación es completamente real, salvo los nombres que son ficticios.
Tras darnos una ducha cada uno, Marta y yo nos fuimos a la habitación principal, pocas veces habíamos necesitado tanto hablar y descansar. Roberto por su parte, bajó a su coche a por una mochila con ropa de deporte que decía soler llevar para después de los shows, se dio otra ducha, comió algo y también fue a dormir.
- ¿Cómo se te ha ocurrido hacer esto? – me preguntó Marta con una sonrisa i...