Atada. 3ª parte

Tercera parte de la saga "Atada". Después de la noche de sexo duro, me gané la recompensa del Spa. Pero jamás intuí la que se me venía encima cuando me "secuestró" la voz grave. Fue muy excitante ser dominada al aire libre. A le mejor hasta fui follada por algún conocido y no lo sé.

Había perdido la noción del tiempo. No sabía cuánto rato llevaba en el spa. Mi recompensa de la noche anterior me permitía acceso libre a todos los servicios que allí tenían, así que calculo que llevaría allí no menos de tres horas.

Me estaba sentando genial para que mis músculos, mis articulaciones, mis laceraciones… se fuesen recuperando. Sentía como si la esa noche me hubiese arrollado un tren, me dolía cada centímetro de mi piel. Allá donde mirara había una muestra de lo vivido durante la noche de...

El niñato me pone cachonda

Cómo un niñato llega para revolucionar mi vida

Leo y sus padres se habían mudado hace un par de meses a nuestra urbanización. Llegó con su pelo largo de color castaño oscuro a media espalda, sus ojos rasgados, su sonrisa pícara, su boca perfecta, su piel bronceada, sus tatuajes y su altanería. Era el típico chico que lleva la sensualidad hasta el máximo exponente, que le sale de forma natural, sin poses ni artificios. Era el típico chico de apariencia canalla al que no le puedes quitar los ojos.

Desde un primer momento me llamó la atención, ¡cómo...

Atada. segunda parte

Segunda parte de mi experiencia sexual con desconocidos. me someten, pero disfruto como nunca

ATADA. SEGUNDA PARTE

Llego a casa del trabajo después de una jornada muy larga, deseando comer cualquier cosa, darme una ducha y meterme en la cama lo más rápido posible y me encuentro una nota pegada en la puerta de la entrada que dice “esta vez irás despierta. Estate preparada mañana, viernes, a las 6, un coche irá a recogerte”

Miro para todos los lados, pero no veo a nadie que pueda estar vigilándome ni nada fuera de lugar, excepto aquella nota pegada con celo a la puerta. Han pasado ya a...

Atada

Es posible recibir extremo placer de unos completos desconocidos. A mí me pasó. Os cuento cómo fue

Empecé a ser consciente de que algo no iba bien. Tenía la cabeza bastante aturdida, enseguida supe que estaba tumbada boca abajo sobre algo parecido a una camilla de hospital. Intenté moverme pero mis brazos y mis piernas estaban sujetas, sin hacerme daño pero con la suficiente sujeción para impedir movimiento alguno. Quise hablar, quise moverme, pedir ayuda, pero me fue imposible. El mismo aturdimiento me provocó momentos de semi inconsciencia.

En los momentos en que volvía en mí, intentaba descubrir...