Propuesta indecente
Neuvamente Alfredo me hizo su mujer... pero me propuso algo que nunca imaginé...
Los días siguientes fueron una verdadera tortura; en las noches mientras estaba acostada al lado de mi marido pensaba en Alfredo, en cómo me había hecho el amor y deseaba que volviera a pasar pero estaba consciente que estaba mal aún pensarlo. Me imaginaba ser nuevamente penetrada por su portentoso miembro y al hacerlo sentía que se me mojaba el calzón. La verdad, me moría de ganas por volverle a ver.
Casi una semana después me encontró la mamá de Alfredo y me dijo que vaya a su casa para ayudar...