Todo comenzó por una partida de póker
Mi destino quedó sellado en una partida de póker cuando un desgraciado se jugó lo único que tenía en la vida al ver sus cartas. Erróneamente pensó que su suerte había cambiado y sin nada con lo que avalar su apuesta, insistió a los presentes que aceptáramos como garantía a su mujer.
Introducción
Mi destino quedó sellado en una jodida partida de póker. En una mano en la que un pobre desgraciado se jugó lo único que tenía en la vida. Niño rico que creyó que el dinero heredado de sus padres no tenía fin y así malgastó su herencia en juergas y en putas. Esa noche al ver sus cartas, pensó que su suerte había cambiado. Sin nada con lo que avalar su apuesta, insistió a los presentes que aceptáramos como garantía a su mujer.
―¡No seas idiota!― exclamé cabreado e intenté hacerle...