MARIBEL: LA ABUELA DEL VERANO (4/ Primera follada)
"¿Quieres una toallita para limpiarte?", me dijo mientras me miraba con ternura... De su pubis aún rebosaba semen y un hilillo comenzaba a impregnar su ojete.
Aparqué a dos calles de su casa. Se bajó y se encaminó hacia ella. No quería que la vieran con otro hombre que no fuese su marido, acercándola a la puerta de su casa.
“No es conveniente que te vean entrando. Si ven a alguien entrar en casa comenzarán las habladurías. En pueblos pequeños como este, la gente tiene todo el tiempo del mundo para espiar y meterse en la vida de los demás”.
Siguiendo sus indicaciones, hice un poco de tiempo antes de llegar a la casa. Golpeé con los nudillos la pequeña...