El yogur es mio
Como una aburrida noche se puede convertir en una extraña aventura.
Las horas pasaban muy despacio, demasiado despacio. Acababa de conseguir el Pokémon ciento veintisiete cuando me empezaron a doler los dedos. Mis padres se habían ido a cenar con sus amigos estirados y yo me había negado a ir. Con catorce años ya era libre de tomar decisiones así que me quedé en casa jugando a la consola. La verdad que estar solo en casa era más aburrido de lo que pensaba. Había llamado a mis colegas pero ninguno había podido venir.
Aburrido como estaba me levanté y me dirigí a l...