Secuestro

Tras un duro y monótono día de trabajo, las cosas pueden mejorar sin que lo esperemos...

Ya había anochecido cuando salí del trabajo y me dispuse a emprender el camino de regreso a casa. Las calles estaban vacías y me sentía algo inquieta y deseosa de llegar a casa, darme una buena ducha de agua caliente y hacer el amor con mi novio antes de acostarme.

Todo aquello rondaba en mi cabeza cuando, sin previo aviso, unos brazos me rodearon y una mano tapó mi boca, ahogando el gritó que escapó de mi garganta. Por un momento vislumbre parte de la camiseta y los fuertes brazos de quien me sostení...