Nuestro tercer encuentro

Nuestro tercer encuentro será diferente. Temo que exceda tus límites, pues no hemos llegado a hablar en ningún momento de situaciones como la que te esperan. En ese caso, no obstante, bastará con que uses la palabra pactada.

Nuestro tercer encuentro será diferente. Temo que exceda tus límites, pues no hemos llegado a hablar en ningún momento de situaciones como la que te esperan. En ese caso, no obstante, bastará con que uses la palabra pactada.

Estamos en el mes de marzo, la temperatura es fresca y la previsión del tiempo anuncia lluvias. No es casual que haya elegido este día.

Ponte ese vestido que me gusta, con el largo de falda a medio muslo y un escote cruzado que puede abrirse fácilmente. Coge calzado cómodo,...

Segundo encuentro en la habitación del hotel

Es la segunda vez que quedamos. Hoy vas a saber lo que es sentirte como una muñeca hinchable. Vas a conocer la humillación y la anulación total de tu voluntad. Vas a confundir dolor, placer, frío, calor, humedad y asco en una sola sensación mezclada difícil de describir, pero que te hará alcanzar el momento de mayor intenso placer de tu mierda de vida.

Es la segunda vez que quedamos. Hoy vas a saber lo que es sentirte como una muñeca hinchable. Vas a conocer la humillación y la anulación total de tu voluntad. Vas a confundir dolor, placer, frío, calor, humedad y asco en una sola sensación mezclada difícil de describir, pero que te hará alcanzar el momento de mayor intenso placer de tu mierda de vida.

Vuelvo al apartamento tarde, sobre las 1.30 de la madrugada, después de haber estado en el teatro. Consulto whatsapp y veo que estás en línea.

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Sumisión en la habitación del hotel

Llegas a mi apartamento, vestida como te he indicado previamente: falda negra, estrecha, por encima de las rodillas. Blusa con botones, también negra. Medias, con liguero. Sin bragas. Sin sujetador.....

Llegas a mi apartamento, vestida como te he indicado previamente: falda negra, estrecha, por encima de las rodillas. Blusa con botones, también negra. Medias, con liguero. Sin bragas. Sin sujetador.

Tras llamar a la puerta, y antes de cruzarla, te pones un antifaz en los ojos. También te lo había ordenado así.

Abro, te doy la mano y te guío delicadamente hasta el interior. Te sitúo en el centro del salón. La luz es muy tenue. Velas. El olor de incienso te invade. Tu respiración está un poco acel...