Dónde diablos se había metido? Ya hacía media hora que debía
de haber llegado. Me senté en el sofá y cogí una revista al azar. En la portada,
dos tías buenorras se rozaban las lenguas. La arrojé ipso facto al revistero y
me levanté de un salto. Era un manojo de nervios. Pero dónde demonios estaba?
Cogí el teléfono y comencé a marcar su número de móvil. "El
teléfono móvil al que llama está apagado o fuera de cobertura" le avisaba una
voz femenina grabada. Maldita sea, por qué tardaba tanto? Volví...