Un encuentro casual
Sin nombres, ni palabras y a plena luz del día, lo único que necesitabas para tenerme era un no. Dos desconocidos se encuentran en una cafetería, se miran y se reconocen, la zona más profunda y primaria dentro de ellos se inflama, ¿quién dará el primer paso? SIN DIÁLOGOS.
Estaba de pie esperando el autobús y ya estaba nerviosa en ese momento. Me andabas siguiendo desde que nos vimos en la cafetería. Yo te vi a ti, luego tú me miraste, y se deslizó lentamente una sonrisa de lobo en tu boca que me asustó.
Al ir a la barra para hacer el pedido me daba vergüenza y apuro pensar que estabas detrás de mí, mirando, hasta que me vino un olor especial varonil pero casi cítrico. Una sombra apareció por el rabillo de mi ojo derecho y no me atreví a mirar pues estaba estúpidamente...