Fantasías cumplidas

Prólogo

Todos en la mesa, mientras las conversaciones se sucedían, ella y yo estábamos a lo nuestro. Nos mirábamos todo el rato y ella aprovechaba cada ocasión para tocarme, y yo, para mirarle su cuerpo, sus ojos, sus labios, sus pechos. Su mano sobre mi pierna empieza a moverse, inquieta, deseosa de tocar algo mas, de agarrar, de satisfacer. Lo que empezó o cómo risas y bromas continuaba con demostraciones de deseos. Su mano ya no estaba dónde comenzó, se acercaba a mi entrepierna, frotándose, suavemente, mientras...