Pajillero con suerte, el 11.
Relato de como un agraciado desconocido pajillero se folló a mi esposa en la cabina de uno de los más conocidos Sex-shop de Madrid.
Es una noche calurosa de un fin de semana de verano en Madrid, mi mujer Frida, llevaba un tiempo queriendo cometer una de sus noches canallas de las que tanto me excitan siempre con mi consentimiento. Cenamos no muy copiosamente pues el calor no invita a ello y prestos a dar un paseo, me tenía intrigado varios días pues me había insinuado que para esa citada noche haría una de sus morbosas locuras pero no me había soltado prenda de cuáles eran sus intenciones acentuando aún más mi calentura por la expectaci...