Barbara
Dos ciberamantes se encuentran por primera vez cara a cara... y claro, no desaprovechan la oportunidad.
BARBARA
Llevaba ya una hora enfrente cuando la vi salir del edificio. No había querido llamarla para darle una sorpresa. Enfundada en una falda hasta la rodilla y una camiseta de tirantes, dejaba al aire su precioso cuello y la mayoría de sus hombros. Se dirigió hacia la cafetería de la esquina, supuse que a comprar tabaco. Entonces, con calma, me puse detrás de ella y entré apenas un metro después. Cuando se agachó para recoger el tabaco, conseguí estar lo suficientemente cerca de ella como...