Atrapado en el ascensor

Los pies de aquellas dos mujeres (madre e hija) me hipnotizaron y no pude resistirme a su adoración.

ATRAPADO EN EL ASCENSOR

  • ¿A qué piso van?

  • Al cuarto por favor

  • Yo voy un poco más arriba.

Después de marcar el número cuatro, me quedé frente a los pulsadores con la espalda pegada a la pared; ellas dos se colocaron al fondo, una en cada esquina.

El coincidir los tres en ese ascensor no había sido algo casual. Ni mucho menos.

Aquella mañana había salido a dar una vuelta por la ciudad, sin prisas, con ganas de disfrutar de un día tranquilo y relajado. Tras...

Humillado por las mujeres (3)

La nueva relación con mi mujer comienza con una prueba bastante dura.

Con las manos aferradas al volante, un gran nudo de angustia se fue apoderando de mi garganta al tiempo que mis nervios se enfrascaban en una particular batalla de bombardeo sobre mi estómago. La figura de mi mujer, mientras tanto, se mantenía impasible en medio de aquel tenso y frío silencio.

Poco a poco mi mirada se fue perdiendo en la oscura y lluviosa carretera. Medio hipnotizado por el movimiento rítmico de los limpiaparabrisas, que a duras penas conseguían apartar del cristal las centellea...

Un menú del día demasiado barato

Lo que me ocurrió en un extraño bar regentado por una singular mujer.

Un menú del día demasiado barato

Por razones de trabajo, tuve que desplazarme a un pueblo perdido del sur de España. Después de mi primera jornada matutina, mi gran temple como comercial informático no fue suficiente para evitar acabar de la estupidez de los jefecillos de la empresa hasta el mismísimo gorro. Apenas había desayunado y mi estómago protestaba desesperadamente por tener algo con lo que entretenerse.

Era pleno agosto, y a las cuatro de la tarde, las calles parecían haber s...

Humillado por las mujeres (2)

Cómo, despues de ver como humillaban a aquel chico en la barra de una discoteca, caí en sus redes en los baños de la misma discoteca.

(… Continuando con mi primera experiencia real de sumisión y humillación.)

Salí del reservado un poco aturdido, sin creerme del todo que aquello hubiera sucedido realmente. Miré el reloj y pude comprobar que hacía más de dos hora que habíamos entrado en la discoteca; mi mujer y los demás, seguramente estarían ya bastante intrigados, incluso preocupados, aún así decidí ir primero al baño a cambiar el agua al canario y refrescarme un poco la cara antes de ir a su encuentro.

Me dirigí a los s...

Humillado por las mujeres (1)

Lo que se puede disfrutar siendo dominado y humillado por el género femenino.

Me llamo Luis, tengo 33 años, vivo en una casa a las afueras de la ciudad compartiendo hipoteca a 20 años con la mujer que hasta hace pocos meses era mi novia formal de toda la vida, mi sueldo no supera los 1200 euros y disfruto de un círculo de amigos en el que en la mayoría de los casos son amigos de la infancia.

No me puedo quejar de mi situación económica (mi mujer también trabaja), que aunque no nos permite vivir a capricho, nuestras necesidades quedan suficientemente cubiertas y de vez en...