Placer en la mirada
Esta vez nuestro encuentro se planteaba diferente: buscar placer mutuo sólo mirándonos...
No se lo esperaba. Acabábamos de encontrarnos, y tras besarla suavemente le dije "espero que te haya gustado el beso porque en esa cita no nos vamos a tocar, ni yo a ti ni tú a mi". Primero frunció el ceño. Me miró de forma extraña, mi declaración la había dejado fuera de juego. Pero enseguida cambió su gesto de desaprobación por una sonrisa llena de curiosidad. Sabía que yo tramaba algo y se dejó llevar.
En el ascensor me preguntó "¿nada-nada?". "Nada de nada", dije yo. "Hoy quiero mirar, y que me mi...