Ella.
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Abrázame fuerte. Así. Adoro que tu calor y el mío se hagan uno. Estoy segura de que incluso se acompasan los latidos de nuestros corazones. Bésame. O mejor, deja que te bese. Querría que fueras mar para sumergirme en ti y que me envolvieras en un abrazo total y redondo. Nuestras bocas unidas serían gruta en que retozarían los pececillos juguetones de las lenguas. Tus manos y mis manos, tus pechos y los míos, ambas en lo más alto, las dos, puñados de cabellos que en sí mismo nada son, pero que sabiamente com...