Colega de trabajo con derecho a roce (5)
LA CENA DE EMPRESA (II) La diversión llegó al acabar la fiesta
Caída la noche, la gente fue marchando a su casa, y ya solo quedábamos cuatro gatos. Macarena y yo, queríamos esperar a que llegara el marido de Rosa, para saludarlo.
Rosa iba arriba y abajo, bien alegre por los gin-tonics que llevaba entre cuerpo y espalda o, más bien, entre tetas y espalda.
También quedaba Inés, que al parecer se quedaría a dormir en la casa para evitar tener que conducir con el alcohol, y Borja, el auditor.
Borja era el externo que, durante unas cuantas semanas, se esta...