Las revisiones de mamá.

- Por favor Jorge, será sólo un momento, no me quedaré tranquila si no me dejas mirarlo.

Puntual, como cada mañana, mi siempre fiel despertador CASIO se hacía notar veinte minutos antes de las ocho. Un buen rato después, cuando a duras penas conseguí incorporarme en el borde de la cama, observé que tras las cortinas se adivinaba un soleado día junio.

Corría el año 2004, época en la cual yo intentaba terminar exitosamente el bachillerato, así como las pertinentes pruebas de selectividad. Por aquel entonces, yo contaba con 18 años y unos cuantos meses, no era un estudiante extraordinario pe...

Las tetas nuevas de Sandra

La noticia me sorprendió por completo, jamás habría sospechado que mi prima quisiera implantarse unos pechos nuevos. Tal vez, como bien dijo ella, aquel deseo suyo formaba parte de los pensamientos más íntimos de una mujer.

Hacía varios meses que no nos veíamos, concretamente desde el día de navidad, cuando mis tíos vinieron a mi casa para felicitarnos las fiestas siguiendo el pertinente protocolo de cada año. Pero ahora, como  era costumbre, nos reunimos de nuevo en la tradicional comida familiar de pascua, en la que nos juntábamos buena parte de la familia para pasar el día en una zona de monte.

Tras la comida, hartos de escuchar las típicas discusiones sobre política que terminaban siempre en un insoportable vocerío d...

Esclava de la inconsciencia

Eramos buenos amigos, solía decirme que yo era como un hermano para ella.

Esclava de la inconsciencia

Nos habíamos conocido en la universidad, no estudiábamos la misma especialidad pero bastó con coincidir en una sola asignatura y en un par de cenas universitarias.

Por caprichos del destino y de diferente modo, ambos perdimos el contacto con el resto de amigos universitarios tras sendos malentendidos que desembocaron en una ruptura inevitable de la que sólo se salvó nuestra, hasta entonces, todavía precaria relación de amistad.

Pese a su brillantez en los e...

Vientos de Levante

Así que nos metimos los dos en la ducha, para limpiar nuestros actos bajo el agua tibia.

Vientos de Levante

Era una de tantas tardes estivales, abofeteada por el asfixiante viento de poniente que suele instalarse en la zona de levante, verano tras verano.

Vivíamos en un chalet, a las afueras de la ciudad, aunque no demasiado lejos de ésta. Aquella semana, como acostumbraba a suceder cada mes de julio, estábamos a punto de recibir la visita de mi prima Patricia.

Patricia contaba con 23 años de edad, había pasado toda su infancia a caballo entre Valencia capital y mi pueblo...

Ni una palabra (2)

Ambos nos esforzamos cuanto pudimos, pero resulta imposible evitar lo inevitabe.

Ni una palabra II

El recuerdo de todo aquello permanecía perenne en mi memoria, como si los hechos hubiesen tenido lugar ayer mismo, reteniendo con precisión hasta el más mínimo detalle de lo ocurrido. Pero lo cierto es que el tiempo seguía su curso y ya había transcurrido algo más de medio año desde aquella inolvidable tarde de verano.

Durante todo ese período, los recuerdos más prohibidos y los deseos más inconfesables se agolpaban en mi pensamiento cada vez que mi madre me dirigía la pa...

Ni una palabra

Temí vivir las peores vacaciones en muchos años, pero a veces el destino...

Lo que os voy a narrar sucedió el verano de 2006 durante los meses de julio y agosto. Mi nombre es Eduardo, en aquella época contaba con 22 años, vivo en Valencia con mi hermano Alberto, dos años menor que yo, mi padre de 48 y mi madre de 43.

Esto es lo que sucedió exactamente:

Puesto que ya podíamos valernos por nosotros mismos, mis padres se marcharon de vacaciones un par de semanas a un tranquilo pueblo de Asturias donde teníamos familiares lejanos que los habían invitado a alojarse en su ca...