Cazando a mi nuevo sumiso
Salgo de compras y termino con un sumiso nuevo
Me relamo ante el espejo y ajusto el cinturón de mi vestido que es un simple lazo.
Hoy toca ir de cacería. No siempre son los sumisos quienes vienen a mí, a veces disfruto del arte de ser cazadora, de ver como caen en la trampa que les tiendo, en la que caen de cuatro patas.
Llevo unos zapatos de tacón de aguja y uno de mis mejores conjuntos de ropa interior.
Por supuesto he ido a la peluquería pagada por Juan, mi sumiso estrella.
Cojo el bolso y paro un taxi, le doy una dirección co...