Puta como la que más
Uno tras otro fueron pasando por detrás de mí, follándome sin parar, cuando uno se corría o se cansaba pasaba otro y luego otro. Mi coño estaba a cien, a un orgasmo, le seguía otro y otro, y aún otro más. Fue Pedro, creo, el primero que me abrió el culo y muy despacio me metió la punta de su miembro. Nunca me habían follado el culo, me dolía, pero no era inaguantable, más aún, después de un par de empujones, les grité como loca: - Folladme, folladme el culo sin parar, vamos, joder, quiero vuestra leche en mi culo.
Al salir de trabajar no fui directa a casa. Me pasé a comprar algo de ropa que fuera apropiada para la ocasión. Compré una falda vaquera ajustada y muy corta, una blusa amarilla con botones que resaltaba mis tetas y unos zapatos de tacón que me hacían unas piernas de vértigo.
Cuando llegué a casa me eché a descansar y hasta las ocho o así no me levanté para arreglarme. Una hora después, antes de salir, me miré al espejo de la entrada. Realmente mi aspecto era de puta, sólo faltaba saber si también pod...