La invitación

Una chica y su novio invitan a una amiga española a pasar unas vacaciones candentes.

La invitación

A raíz de una antigua y persistente invitación de mi querida amiga María Carolina decido planificar unas vacaciones en Chile.

Salgo del aeropuerto los primeros días de enero y arribo a Santiago de Chile tras catorce horas de vuelo " non stop ". Me esperan en la terminal aérea mi amiga Mª Carolina y su novio Clemente. Me llama particularmente la atención lo preciosa que luce mi amiga: un vestido veraniego corto, a mitad de muslo, de color rojo y con amplios escotes delante...

Ardiente burusera

El fetiche por las braguitas usadas al estilo japonés.

Ardiente burusera

Hanna Kanna es una jovencita japonesa de padre japonés y madre latina. Estudia en un establecimiento privado muy conservador y al que acuden, en su mayoría, hijos de familias adineradas de Tokio. Aunque sus padres son profesionales con buenos empleos y ella es hija única, a duras penas pueden costear la educación de Hanna Kanna en ese lugar. Ellos creen que tal esfuerzo merece la pena, pues en Japón en donde uno estudie determina en buena medida cuán grande o pequeño será el...

Buscando consuelo incestuoso

Para obtener descanso y alivio de la pena que me produjo el mexicano, me dirijo a Toulouse, donde mi primo François y

Buscando consuelo incestuoso

Tras el ominoso encuentro con el vitando mexicano violador de jovencitas inocentes como yo, partí en búsqueda de consuelo a mi aciaga situación a los brazos cariñosos de mi adorado primo, filia y amante François.

Solicité una semana de permiso sin goce de sueldo en mi trabajo y cogí una combinación ferroviaria a Toulouse, Francia, para pasar mi desconsuelo con él, un hombre de verdad: comprensivo, afectuoso, tierno, mimoso, no obsesionado por las debilidades de...

François, la viva encarnación del incesto irrefren

De regreso en Madrid, ensayo una deliciosa experiencia incestuosa con

François, la viva encarnación del incesto irrefrenable y delicioso

Después de una maravillosa estadía en Buenos Aires en la que me acogieron y "cogieron" (después de todo el Bueno Pa’Tó, la Pantera Morocha y el Viejo Verde tenían sus gracias) con un cariño sin igual y donde disfruté muchísimo, llegó ese nefasto día del regreso a mi quehacer habitual: mi trabajo, mi familia, mi adorado Sarkoz —mi perrito leal—, la vida social (con mis amigos y por trabajo), etcétera.

Sin embargo hubo al...

Al sur del mundo

Femme Soie cansada de tantos dimes y diretes decidió emprender un viaje de relax y solaz por las hermosas tierras de… Un episodio más de la saga iniciada con Sky City Casino (http://www.todorelatos.com/relato/58024/)

Al sur del mundo

Para aquietar un poco su indómito carácter y relajarse de los entreveros o discusiones con variadas personas (principalmente con Sonora, el mexicano políglota residente en tierras gringas), Femme Soie decidió tomar sus maletas llenas de sueños……eróticos e irse de turisteo al sur del mundo. Llevó a Sarkoz, su fiel perro faldero, a un hotel perruno y enfiló su Mercedes (así llamaba ella al cacharro de coche que tenía) con dirección al aeropuerto de Barajas; cogió un vuelo ( *Air...

La osadía de Femme Soie

Ya en el mundo real, Femme Soie se expone a las garras del charro y… Continuación de Sky city casino, Sacrificio mexicano, Un azteca super héroe en acción, La cuarta parte e Inseminación.

La osadía de Femme Soie

—¡Femme!, ¡Femme!, ¡Femme!, ¡despierte! Parece que estabas en medio de un sueño alocado. Hablabas de un mexicano Don Juan, de una Gatacolorada, de un extraño culto de raigambre azteca, pero con influencias mayas, de ritos iniciáticos, actos lésbicos, morochas con espíritu de pelirrojas, españolitas afrancesadas, inseminaciones con «líquidos de vida» de un güey irrespetuoso e insidioso, invasores seminales, etcétera, etcétera. ¿qué diantre es todo eso?

—Ahhh, sí. Lueg...

Un azteca super héroe en acción

La venganza de un super héroe azteca con su honor mancillado. Continuación de Sky city casino y de Sacrificio mexicano.

Un azteca super héroe en acción

Las tres chicas que habían servido de alimento al petit Louis se hallaban lloriqueando su desgracia en un pequeña y lúgubre cuarto de la mansión de su Ama, la conocida Gatacolorada y su fiel gallego acompañante, Masu.

De repente, Catalina, la más vivaracha del trío ya aludido, descorrió un poco las cortinas —una osadía sin igual, ya que su Ama lo tenía expresamente prohibido so pena de una larga y despiadada sesión de latigazos— y a lo lejos observó una...