¿Te puedo pedir una cosa?2

Me cogió de la mano y me condujo hacia la cama. "Hoy vamos a hacer el amor con calma. Como si estuviéramos enamorados", añadió jocosa. Me tumbó en el colchón boca arriba y se arrodilló sobre él para aproximarse a mí y colocarse encima. "Prepárate, que te voy comer enterita", le susurré.

(Agradezco enormemente los comentarios tras el primer relato. Recuerdo el enlace).

https://www.todorelatos.com/relato/159434/

La siguiente ocasión se presentó un par de semanas después. Ella había fijado una fecha para celebrar su cumpleaños con los compañeros de trabajo más allegados con una cena en su propia casa. Eligió una noche que a los invitados nos vino bien y en la que su marido iba a estar ausente ya que se encontraba de viaje por a...

¿Te puedo pedir una cosa?

Castaña de bote, también conocía de su boca que negro vello habitaba en sus braguitas. Y mientras hablábamos, era capaz de decirme que en ese momento estaba ejercitando sus labios vaginales porque era sano y saludable o que esa misma mañana había follado con su marido.

Siempre me ha gustado esta mujer. Podría afirmar que primero me cautivó su forma de ser, su personalidad. Siempre ingeniosa, siempre capaz de sacar punta a cualquier comentario y una sonrisa ante cualquier contratiempo. Y siempre clara. Sentados uno al lado del otro en la oficina, fuimos ganándonos la amistad y la confianza mutuamente. Y con el tiempo, en gran parte por ese conocimiento y ese cariño, me empecé a fijar en su figura. No destaca por su estatura ni por su esbeltez, pero forma un conjunto ante e...